APRENDE A PONER LÍMITES CON LA TERAPIA GESTALT

APRENDE A PONER LÍMITES CON LA TERAPIA GESTALT

 Por Raquel Lara Almazán, terapeuta Gestalt y corporal en Qüestions Vitals

Cuando se habla de poner límites, casi todo el mundo puede saber de qué se habla, aunque existe una dificultad real en detectar en uno mismo, cuando se necesita poner un límite.

¿En qué circunstancias podemos detectar que es necesario poner límites?

  • En una relación de pareja
  • En una relación de amistad
  • En el trabajo, con los compañeros o el jefe
  • Con un vecino, un compañero de Pilates…relaciones que considero menos íntimas

Estos serían algunos ejemplos comunes que tienen que ver con poner límites a los demás o a algo que consideramos externo a nosotros.

También existen los límites que son necesarios ponernos a nosotros mismos.

  • Adicciones (todas en general) alcohol, sustancias tóxicas, comida, compras, sexo, trabajo, personas, dinero y muchas más.

El factor común que hay entre poner límites a algo que consideramos externo a nosotros y a nosotros mismos, es que, no haciéndolo, a eso que estoy permitiendo que me haga el otro y lo que me hago a mí mismo, me está colocando en un lugar de dolor, tanto en el cuerpo físico, como en el cuerpo emocional, como en el espiritual o mi esencia.

¿Cómo detectar en el caso que sea, que no estoy poniendo un límite?

En terapia Gestalt, se dice que el cuerpo físico es el que nunca miente, yo le llamo el (chivato).

Si algo pasa dentro de nosotros, es el cuerpo físico el que te lo dice, se manifiesta con algún dolor específico, tensión o angustia y en el caso de que no se le haga demasiado caso, el cuerpo puede llegar a enfermar severamente.

Parar, respirar y ponerle consciencia a eso que me pasa en relación con el otro o con una situación, haciendo revisión a modo de observador, sin juicios, a eso que me está creando un conflicto y a la vez responsabilizarme de esa realidad, sea la que sea, son todos los ingredientes necesarios para poder sentirme con la capacidad y la claridad de tomar mis propias decisiones, pudiendo vislumbrar cuando y donde es necesario poner un límite.

  • Parar y respirar
  • Estar en el presente
  • Poner atención al cuerpo (dolor, malestar, tensión)
  • Tomar consciencia y observar a eso que me pasa, digo eso, porque a veces no sé ni cómo llamarlo, otras veces lo puedo tener claro (rabia, miedo, tristeza…) evitando el juicio y las etiquetas porque solo se trata de sentir y observar.
  • Hacer revisión a modo de observador, de la realidad de esa circunstancia o eso que me está creando un conflicto.
  • Responsabilizarme, de en qué lugar he colocado al otro o a la situación y en qué lugar me he colocado yo, para ser víctima de la situación y de los abusos y manipulaciones de los otros, y a los otros y la situación, víctimas de mis abusos y manipulaciones.

Desde este lugar de honestidad, desde la mirada tierna, amorosa y respetuosa que se merece este darse cuenta, podemos tener la capacidad y claridad suficientes como para poner un límite a alguien o a algo que no nos está gustando y que ya no necesitamos más en nuestra vida, y cuando digo esto, no me refiero a ir cortando cabezas, ni a cortar por lo sano con la pareja, con una amistad, el trabajo…aunque a veces nos damos cuenta de que es tan tóxico, que es necesario cortar definitivamente, porque sentimos que de no hacerlo ponemos en juego nuestra integridad como ser humano, me refiero a que hay la capacidad, claridad y la fuerza suficientes como para poder expresar lo que quiero y lo que no quiero en mi vida y ponerle la acción necesaria. A veces también se puede tratar de un pensamiento o creencia que nos damos cuenta de que nos está frenando, no nos permite avanzar y nos resta felicidad.

Al responsabilizarme de mi sentir y mi darme cuenta, también doy la oportunidad al otro o a la situación que sea a responsabilizarse, pudiéndome abrir así, a un sinfín de oportunidades, experiencias y maneras de hacer diferentes, evitando el victimismo, los abusos, y las manipulaciones que tanto nos hacen sufrir.

Estos son los pasos que te propongo y que puedes practicar en tu día a día. A medida que los vayas practicando, verás que cada vez es más sencillo. Se trata de atenderse a uno mismo y escucharse. A veces hay temas más profundos que a uno solo le cuesta llegar, ahí es donde la ayuda de un profesional te iría bien.

Si sientes que necesitas ayuda, no dudes en pedir una hora de terapia conmigo.

 

Sobre mí,

Me llamo Raquel Lara Almazán, acompaño a personas en momentos de crisis, con ansiedad, donde se sienten perdidas y no saben qué hacer con sus vidas, las ayudo a recobrar el equilibrio y la paz que necesitan en sus vidas, a través de la terapia Gestalt y lo corporal.

 

Solicita tu cita: 937180631  info@questionsvitals.com

Por Raquel Lara Almazán, terapeuta Gestalt y corporal en Qüestions Vitals

 

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