Aprovecha un paseo para ejercitar los ojos

Aprovecha un paseo para ejercitar los ojos

Julia Lindoso Toral, Optometrista Comportamental

EL PASEO

Parecía una mañana cualquiera pero algo distinto se olisqueaba en el ambiente.

Había trajín de maletas y sobre todo muchas risas y complicidad; un viaje en coche algo más largo de lo habitual y, después de unas cuantas horas de coche, por fin hemos llegado a lo que parece nuestro destino dejando atrás carreteras sinuosas.

Me contagio de un entusiasmo que me cuesta entender, yo sólo deseo corretear y explorar.

Las mañanas comienzan con una rutina: un desayuno antes de comenzar el paseo.

― …mezclamos frambuesas, arándanos, leche de coco y batimos bien. Así obtenemos un riquísimo batido. Un pequeño bocadillo de pan de camut con aguacate y salmón―dice mi dueña, Julia.

― iiSí!! ¡¡¡¡Está buenísimo!!!!―responde su sobrina, Minerva.

― Es cierto y se hace en un abrir y cerrar de ojos. Es muy importante seguir una dieta equilibrada que nos proporcione los nutrientes necesarios, empezando desde el desayuno. Durante estos días en las comidas incluiremos alimentos que favorezcan la salud visual. (1)

Comienza el paseo. Mientras yo exploro feliz ellas caminan ensimismadas y sin hacerme apenas caso.

– ¿Sabes la importancia de respirar correctamente para abastecer de oxígeno a las células del cuerpo? Venga, vamos a bostezar. Sin miedo, aquí nadie nos mira.

Y las dos con la boca abierta, sin parar de bostezar y estirando los brazos, me han contagiado las ganas de ¡¡uaaaah!!

– Que sensación tan agradable, Julia. ¿Ahora qué sigue?

– Pues ahora te propongo realizar el símbolo del ocho tumbado con todas las partes del cuerpo que se nos ocurran: pies, manos, nariz, hombros, etcétera. Utiliza tu imaginación.

He dejado de olisquear un rato alucinada por las cosas extrañas que hacen. Ahora, con las manos unidas, se han puesto a hacer un gran ocho tumbado siguiendo con la mirada la punta de los dedos. ¡Que raras son!

– Vamos a fijarnos en un detalle que nos llame la atención de este precioso paisaje y lo enfocamos. Giramos la cabeza a la derecha y a la izquierda como diciendo un amplio no y, sin olvidarnos de respirar, lo repetimos unas cinco veces. Ahora al contrario: de izquierda a derecha.

– Uy, que molestia siento en el cuello… ¿es normal?

– Claro, al principio es habitual porque estamos anquilosados. Ahora lo repetimos de arriba abajo con un amplio sí. ¿Ahora mejor?

– Sí, parece que tengo más amplitud de movimiento.

– Y ahora en círculos, en sentido horario y también en sentido antihorario.

Intento imitarlas, pero sólo consigo ladear la cabeza y mover la cola al mismo tiempo.

– Es momento de posar los ojos en el infinito y, aprovechando que estamos de pie, nos balanceamos como un péndulo dejando el peso del cuerpo sobre un pie y, a continuación, sobre el otro. ¿Estás cansada o podemos seguir?

– Por mí genial. Continuemos que la cosa se pone interesante.

¿Y a mí cuándo me prestarán atención?

– Nos tapamos un ojo, por ejemplo el izquierdo, y con la mano derecha extendida nos imaginamos que es un pincel y vamos a reseguir algo que nos llame la atención del entorno. Tómate el tiempo que necesites y luego cambiamos de ojo y de mano al terminar el lienzo.

Lo que yo digo: ahora se ponen a pintar y a mí ni caso.

– Te propongo tomar cinco puntos de referencia a diferentes distancias; por ejemplo una nube, un árbol, una roca, una flor, el mapa que llevas en la mano o Bimba y Lola si se estuvieran quietas.

– Vale, pero… ¿y esto para qué?

– Para ir enfocando los distintos puntos y trabajar así la musculatura ocular en visión lejos-cerca.

– Me cuesta un poco…

– Intenta practicarlo a diario y tus ojos lo agradecerán.

No es mi fuerte eso de enfocar, pero distingo mejor algo en movimiento que algo fijo, aun así intento imitarlas porque parece que se divierten. Naaah… prefiero seguir a esa mariposa.

– Detente en algún color agradable que te llame la atención, inspira y al hacerlo imagina que estás aspirando ese color, deja que entre por tus ojos y ábrelos cada vez más en cada inspiración. A continuación cúbrelos con las manos y fíjate en las luces o colores que aparecen. Con esto estimulamos el mecanismo de la retina.

Ostras… como me encantaría a mí poder hacerlo…

– Venga, Minerva, busca un objeto, cierra los ojos, ahora ábrelos un segundo.  ¿Qué has conseguido retener? ¿Recuerdas la forma, el color, etcétera?

– Uy, no me da tiempo…

– Repítelo tres veces y captarás más información.

¡Anda! Es como el veo veo.

– No vemos con el ojo sino con el cerebro, concretamente con el córtex occipital; vemos lo que hemos aprendido a ver, esto permite orientar nuestra atención y ver lo que nos es útil o agradable.

Creía que por fin alguien me iba a lanzar la pelota, y lo que hacen es pasarla de una mano a otra siguiéndola con la mirada.

– Para terminar, ¿qué tal si te tapas el ojo izquierdo y con la mano derecha lanzas la pelota hacia arriba?

– No te he entendido…

¡¡Yo sí!! ¡¡Tíramela a mí!!

– La lanzas a la altura de la cabeza y la recoges con la misma mano sin perder de vista la pelota. A continuación, cambia de ojo y de mano.

Se detienen a observar la inmensa variedad cromática que nos rodea pero yo sólo diferencio dos gamas de colores.

― Por fin descanso. Reposa los ojos en el horizonte y fúndete en el paisaje, seguramente al principio te cueste.

― Sí, me cuesta un poco; ya sabes que paso estudiando muchas horas delante del ordenador.

― Lo sé, inténtalo, verás que sí puedes.

Yo, aunque lo intento, con mi corta estatura ante mí sólo hay algunas flores y hierba.

Estaban tan ensimismadas y fascinadas con lo que tenían delante que decidieron tomarme en brazos y entonces sí pude maravillarme ante la majestuosidad de lo que veía.

¿Cuántas veces estás absorto, sin apenas parpadear, con la mirada fija en algo y no eres capaz de percibir los detalles o no eres consciente de ellos?

Y tú…. ¿Miras o ves?

(1)

Nueces Ácido graso omega3, nutre el sistema nervioso, contiene vitamina E y selenio.
Arándanos, moras y frutos rojos Vitamina C y flavonoides, que son antioxidantes que previenen el envejecimiento de las células oculares.
Espinacas, brócoli, pimiento, cebolla y perejil. Las espinacas tienen vitamina C, un antioxidante útil en el síndrome de ojos secos, y el resto contienen luteina, achatina, que son carotenoides que se encuentran en la macula. Que es la parte central de la retina, y absorben la luz azul y ultravioleta y la protegen de efectos nocivos.
Salmón Ácido graso omega3, que ayuda a reducir la aparición de cataratas y la degeneración macular debida a la edad.
Frutas verdes, naranjas y amarillas (melón, kiwi, mango y naranja) Contienen vitamina C.
Cacao puro Contiene minerales como el zinc que favorece la circulación sanguínea del ojo.
Zanahoria La zanahoria es un betacaroteno que es un carotenoide que el cuerpo convierte en vitamina A, útil también para retrasar la aparición de cataratas.

Si te resulta interesante, ofrecemos el TALLER DE VISIÓN CONSCIENTE “El arte de ver” y sesiones individuales.

Julia Lindoso Toral, Optometrista Comportamental