LA ALIMENTACIÓN DE OTOÑO Y SU RELACIÓN CON LA TRISTEZA

LA ALIMENTACIÓN DE OTOÑO Y SU RELACIÓN CON LA TRISTEZA

 Ágata Garcia psicóloga, especialista en alimentación consciente y docente en la escuela de ALIMENTACIÓN Y COCINA MACROBIÓTICA Y VEGANA.

Es tiempo de castañas, boniatos y granadas ¡Estamos en pleno Otoño! ¿Pero en qué consiste una alimentación equilibrada para esta estación y cómo se relaciona esto con la tristeza?

Cada estación corresponde a una transformación en la naturaleza: el clima cambia, la luz natural aumenta o disminuye, la tierra nos da diferentes frutos y vegetales, y nosotros también cambiamos con ella.

En macrobiótica el Otoño se conoce como la transformación Metal, y está asociado con características ambientales, energéticas, alimentarias y emocionales específicas.

La energía otoñal es una energía que se mueve hacia adentro, después de sentir la energía expansiva del Verano, lentamente empezamos a transicionar a una energía de recogimiento. A mitad de Otoño ya experimentamos mucho más intensamente este movimiento energético “hacia adentro” que nos prepara para el Invierno.

En la alimentación de Otoño predominan los colores blanco, negro y gris. Definitivamente no es la alimentación más colorida o alegre, pero es muy medicinal. Trabaja con la emoción de la tristeza, ayudándonos a experimentarla de forma sana, es decir sin apegos y sin resistencia.

Una de las Leyes Universales, es la Ley de la impermanencia, que dice que todo está en constante cambio y movimiento, todo muta y se transforma constantemente. Sentir tristeza es natural, es una emoción humana más, pero es importante sentirla y expresarla sin quedarnos apegad@s a ella.

Cuando somos capaces de aceptar el cambio y la impermanencia de la vida, entonces la tristeza es como una oleada que va, nos revuelca en mayor o menor medida, pero luego marcha. Nos permitimos sentir la tristeza, atravesamos el duelo, pero podemos disolver los vínculos antiguos y cerrar un proceso, para dejar espacio y abrirnos a algo nuevo.

Según la macrobiótica, el órgano y la víscera que se encuentran más activos durante el Otoño son los Pulmones y el Intestino Grueso. Ambos tienen funciones de eliminación y purificación en nuestro cuerpo. Y ambos nos presentan con una importante metáfora sobre la importancia de aprender a soltar y fluir con los cambios de la vida. Los pulmones, nos conectan con el recibir y soltar. Su función purificadora del aire nos mantiene viv@s gracias al balance entre la inhalación y la exhalación. La vida es un constante flujo de intercambio de energía. El Intestino Grueso también nos regala una metáfora sobre aprender a soltar.

En la alimentación de Otoño buscamos balancear las funciones fisiológicas y psicológicas de la Transformación Metal, y por consiguiente de los pulmones y el intestino grueso.

Alimentos que perjudican a Metal

  • Los alimentos de consistencia pegajosa.
  • Los lácteos, especialmente la leche, yogurt y los lácteos más frescos y líquidos. Estos afectan a los pulmones generando mucosidad.
  • El excesos de harinas y horneados pues bloquean nuestros intestinos.
  • Los huevos y las proteínas animales, ya que generan putrefacción en nuestros intestinos.
  • El exceso de picante muy fuerte.
  • El exceso de dulces o frutas tropicales que tienden a enfriar nuestro cuerpo.

Alimentos que benefician a Metal

  • Arroz integral.
  • Las verduras de hojas pequeñas, las zanahorias, la cebolla, los nabos, el daikon, el brócoli, la coliflor, las coles de bruselas, los rabanitos, la raíz de loto.
  • Las verduras y frutos de temporada y locales como el boniato, las castañas, la granada, las calabazas.
  • La soja negra y la soja amarilla, las alubias blancas.
  • El alga hiziki (con moderación)
  • La pera y la manzana.
  • El sabor picante suave con moderación, como el del daikon rallado, el jengibre, la mostaza y el wasabi.

Vamos a buscar que el plato predomine el color blanco y las verduras de consistencia compacta y contraída. Haremos preparaciones como estofados con poca agua, tratando de buscar texturas más cremosas y cocciones más concentradas. Por ejemplo reduciendo los estofados y cocinando con tapa. Reduciremos el consumo de alimentos crudos y el exceso de fruta cruda, para ir ayudando al cuerpo a entrar en calor y prepararse para el Invierno.

La actitud a la hora de preparar los alimentos también es importante, recuerda que al cocinar participamos de un proceso de transformación del alimento para poder darle a nuestro cuerpo aquello que está necesitando tanto a nivel físico como emocional. La actitud para cocinar ha de ser de positividad y con predisposición a soltar el resultado final, sin querer controlar todo. Una actitud más bien relajada.

Todas las estaciones están conectadas y permiten la existencia de las otras. Para crear equilibrio físico, mental, emocional y espiritual en nuestra vida debemos aprender a conectar con el momento presente, y aprender a fluir con los ritmos de la naturaleza. Una muy buena manera de hacerlo es conectado por medio de nuestra alimentación.

Espero que hayas podido aprender cosas interesantes y prácticas con este artículo,  si te gustaría profundizar en el aprendizaje de la alimentación macrobiótica mantente atent@ porque muy pronto estaremos presentándote un nuevo curso aquí, en Qüestions Vitals.

Ágata Garcia psicóloga, especialista en alimentación consciente y docente en la escuela de ALIMENTACIÓN Y COCINA MACROBIÓTICA Y VEGANA.