Sistema Linfático

El sistema linfático, es el conjunto de vasos, ganglios y órganos que tienen funciones imprescindibles para la vida; como drenar los líquidos del cuerpo, transportar las grasas que absorbemos en el intestino o contribuir a la respuesta inmunitaria de defensa contra un agente infeccioso.

La distribución del sistema linfático podríamos decir que, de forma general es parecido al circulatorio sólo que en lugar de transportar sangre el líquido que recorre por sus vasos es la linfa, estos vasos linfáticos recorren los distintos tejidos de tu cuerpo transportándola. En esta red de vasos linfáticos encontramos unas  estructuras de forma ovalada, llamadas ganglios linfáticos, tenemos aproximadamente 450 ganglios linfáticos distribuidos por el cuerpo, aunque predominantemente están en las axilas, las inglés, el abdomen o el cuello.

Las funciones del sistema linfático:

1.- El transporte de grasas, cuando comemos un alimento este se va descomponiendo en partes cada vez más pequeñas que son absorbidas en el tracto gastrointestinal, pues el sistema linfático hace de transportista cogiendo esas grasas que han absorbido las células del intestino y las lleva a través de los vasos linfáticos hasta la sangre que es la que se encarga de distribuirlas por las células del cuerpo, que utilizarán estos nutrientes para obtener energía o para almacenarla,

2.- Drenaje de líquidos: el sistema cardiovascular está formado  por el corazón y por una serie de vasos que transportan la sangre por los tejidos del cuerpo, el corazón al contraerse bombea la sangre, rica en nutrientes y oxigeno, que sale a través de las arterias y se van haciendo cada vez más y más estrechas hasta dar lugar a los capilares, los capilares son los vasos sanguíneos más estrechos y más pequeños y son los que están en contacto directo con las células, a las que suministran oxígeno y nutrientes y recogen las sustancias de deshecho de las células pasando a las venas, que llevan esa sangre “sucia” de vuelta de los tejidos al corazón.

Pues en este punto de intercambio entre las células y los capilares siempre se escapa algo de líquido, ese líquido que se escapa es la parte líquida de la sangre compuesta por agua, proteína y otras moléculas y eso es lo que llamamos plasma.

Ese plasma se queda en el espacio intersticial, que es el espacio que hay entre célula y célula, pues ese líquido es reabsorbido por el sistema linfático, lo que impide que se vaya acumulando y nos hinchemos, y así es como la linfa proviene del plasma sanguíneo. Ese líquido reabsorbido va viajando a través de los vasos linfáticos y finalmente se aboca de nuevo en el sistema circulatorio. Haciendo el camino inverso de los capilares arteriales, los capilares linfáticos más pequeños van fusionándose en vasos linfáticos cada vez más grandes hasta dar lugar a los dos vasos linfáticos principales del cuerpo que son el conducto linfático derecho, que recoge el líquido de la parte derecha del cuerpo, y el conducto torácico que recoge el líquido del lado izquierdo, de las extremidades inferiores y abdomen

Estos dos grandes vasos linfáticos son los que están conectados con el sistema circulatorio y es a través de este punto de unión entre el sistema linfático y sistema cardiovascular que el líquido es retornado a la sangre. 

3.- Defensa inmunitaria: el sistema linfático además de los vasos y ganglios también esta formado por órganos linfáticos que contienen en su interior varios tipos de células inmunitarias, las predominantes son los linfocitos; esas células que permiten la respuesta de defensa específica contra un agente infeccioso. Los órganos linfáticos en los que se producen los linfocitos son el timo y la médula ósea, una vez formados en estos órganos los linfocitos viajan a través de los vasos linfáticos hacia el resto de órganos linfoides como por ejemplo el bazo las amígdalas y los ganglios linfáticos.

Los ganglios linfáticos son un cuartel lleno un ejército de linfocitos preparados para atacar y activar la respuesta inmunitaria en cuanto se detecta que ha entrado un intruso en nuestro cuerpo.

Macrófagos

Las formas de detectar intrusos son varias y complejas pero por ejemplo tenemos a los macrófagos, que son como policías que van pululando por la sangre y linfa buscando microorganismos que hayan podido colarse en nuestro cuerpo, estos macrófagos a la que ven algún virus o bacteria que se ha infiltrado los fagocitan y una vez han ingerido y destruido ese microorganismo en su interior lo que hacen es coger las proteínas que antes formaban parte de ese virus o bacteria y las exponen en su membrana, es una forma de avisar al resto de células de que hay un intruso en el cuerpo al que hay que destruir. Estas proteínas que antes formaban parte de microorganismos y ahora están expuestas en las membranas de los macrófagos son lo que se llaman antígenos. Una vez estas células inmunitarias han engullido al microorganismo y han expuesto en su membrana sus antígenos viajan a través de los vasos linfáticos hasta los ganglios,

una vez allí les muestran los antígenos al resto de linfocitos para avisarles de que hay un microorganismo extraño en nuestro cuerpo y así activarlos, estos linfocitos van a proliferar para potenciar la respuesta inmunitaria y así viajar al tejido infectado para ayudar en la batalla.

En las sesiones de osteopatía también nos encargamos de que este sistema funcione lo mejor posible, presionando puntos que se encargan de drenar la musculatura donde puede haberse acumulado linfa por lo que esta ya no circula con fluidez. 


Marilu Ribera Benet – Osteópata